Juana y María

Estas matrioskas no están solas: cada una tiene su pequeña compañía, su gran responsabilidad. Juana tiene a su hija Juanita; María, a su matrioskita. Ambas la pasan bien con esos seres que la vida les ha dado, pero también deben responder por los mismos. Claro que no es lo mismo criar a una niña que crear a una muñeca. Eso todos lo sabemos bien.

De María les cuento que es mi alter ego: con su pelo colocho (rizado) y su matrioskita, ella es una réplica de su autora. Juana, en cambio, me recuerda a mi hermana, Eugenia, con su hija Ana Lucía o a mis primas, Anabella o Lourdes, cada una con sus niñas.

Close up

Las dos

Atrás

Tomando el sol

La niña

Con libros e incensario

Las dos muñecas han sido confeccionadas a partir de trozos de tela de algodón, hilos de madeja DMC e hilos de coser, crayolas, plumones para tela marca Sharpie, fibra de poliéster y arena. Nacieron de diseños originales inspirados en matrioskas rusas. Primero fueron dibujadas a lápiz sobre la tela, luego pintadas con crayolas y plumones, luego planchadas para fijar los colores, después bordadas (la fase más larga), armadas como bolsas, rellenadas y cosidas de la base, y finalmente firmadas con su nombre y el mío.

María y sus flores

Besando a mi alter ego

María y Lola

La matrioskita

De cuerpo entero

Entre las puntadas que decoran a estas matrioskas destaco la palestrina, que da forma a las flores del velo de Juana y a las de las mangas de María: se trata de una palestrina de brazo largo que hace poco «descubrí» que forma lindísimas flores o soles. En María ejercité la puntada mountmellick, una especie de cadenilla con palestrina, propia de Irlanda. En Juana practiqué la palestrina triple (con dos nudos en vez de uno) para las franjas de su blusa.

Juana y María están ya a la venta en mi tienda Gineceo en Etsy.

Si quieren ver más fotos de estas matrioskas, pueden verlas en mi cuenta de Flickr: Juana y María.